martes, 20 de noviembre de 2012



Celos Enfermizos

Una pareja casi perfecta, una relación casi perfecta, pero un pequeño imperfecto llamado desconfianza.

“¿Me estas engañando?” “Dime la verdad yo sé que soy un cornudo” “…Uy! Y es que se me hierve la sangre cada vez que suena el teléfono y me doy cuenta que es ella/él”, “…ahhhh no! Pero es que tenía que salir con el amigo, todo estaba tan bien.” “¿Quién era? ¿Su amiguit@?”.

Cuantos hemos escuchado expresiones como estas de parte de nuestros amigos, o de nuestras parejas o por qué no, aún han sido objeto de enojo o desesperación por parte nuestra. Y es que una de las mayores causantes de las discusiones a nivel de pareja son los celos; indiferentemente de si eres mujer y odias a la amiga de tu novio, o viceversa, o si crees que te están engañando con otra persona, o en el peor de los caos otras personas, o tal vez si has escuchado algún comentario acerca de tu pareja o solamente lo presientes; pues bien, esto suele suceder y es más común de lo que se lo imaginan.

Y es que muchas personas tan solo aceptan los celos como una muestra del mucho amor que se les tiene, o una manifestación de la intensa preocupación de su pareja hacia ellos, dejando pasar desapercibido algo tan cuidadoso como lo son los celos, y es que no estoy diciendo que los celos sean malos, obviamente que muchas personas sienten celos por su pareja, pero a veces estos llegan a salirse de control y pueden llegar a causar muchísimo daño al convertirse en enfermizos, en algunos casos pueden manifestarse mediante violencia psicológica y hasta física, e incluso en casos muy extremos que una de las partes acabe con la vida del otro, y es que según los estudios, se comprueba que los ataques de celos son el motivo más frecuente de homicidios conyugales y constituyen una de las razones principales en casi el 20% de todas las agresiones violentas en países desarrollados.

Pero, ¿Qué son los celos? Según los psiquiatras los celos son un estado antecesor de la psicosis y recordemos que esta es una pérdida de contacto con la realidad que incluye falsas creencias acerca de lo que está sucediendo o de quién es uno (delirios), o ver o escuchar cosas que no existen (alucinaciones). 

La psicóloga clínica Laura García Agustín, explica que los celos “son emociones intensas que surgen cuando se experimenta un deseo exagerado de poseer de forma exclusiva a la persona amada, a un amigo o a los hijos”, según el psicólogo Benabé Tierno, “las personas celosas tienen una distorsión, un pensamiento erróneo, porque por mucho que amemos a alguien, por muchos compromisos o planes en común que tengamos, nunca poseemos a esa persona, no es una propiedad privada”.

Cabe la importancia de atacar de forma inmediata este tipo de celos si estos forman parte de los  comportamientos habituales de tu pareja o bien si los has empezado a detectar en mayor medida en tus actitudes, y es que si no se trata a tiempo no quedará más medida que la ayuda psicológica o bien, la ruptura, y supongo que es el último termino al que se quisiera llegar. La psicóloga García Agustín advierte que “es importante que se pongan en manos de un profesional antes de que el problema aumente, porque los celos suelen crecer si se siguen alimentando. Pueden traer muchos problemas si no aprendemos a tener un control emocional que nos permita reemplazarlos por otros sentimientos más convenientes, y cambiamos nuestras creencias, actitudes y normas”.

Se deba analizar que se siente y piensa antes de actuar en un momento de celos, además de suma importancia entablar una verdadera comunicación con tu pareja para que se entienda que actitudes o acciones causan esa reacciones y aplicar el sentido común para encontrar una solución beneficiosa para ambas partes; es de gran valor enfocarse en y entender que los celos reflejan una dependencia desmedida de tu pareja por lo que es trascendente trabajar en amar y no depender (tema que estaremos tocando en el próximo blog), y por ultimo entender que los celos destruyen las parejas y que cada vez hacen que las partes se distancien, por lo que se recalca la importancia de aprender a entablar una verdadera confianza hacia tu pareja.

lunes, 5 de noviembre de 2012

Fidelidad vs Facebook



El Facebook vino para aligerar nuestras vidas y hacer todo más veloz y personalizado, para facilitar la comunicación con aquellas personas que apreciamos y que estaban a larga distancia, o bien, aquellas que no vemos tan seguido o aún para con aquellas que vemos a diario. Vino para brindar un mejor servicio y poder brindar publicidad de algunos productos, instituciones o grupos, o bien, para entretener y compartir con nuestros amigos imágenes, fotografías o amenas y largas conversaciones… largas conversaciones… laaaaargas conversaciones.

Lamentablemente, existen personas que le dan un mal uso al facebook, y van desde una actitud de exponerse poniendo en riesgo su seguridad hasta llegar a entablar relaciones ilícitas en el mismo. Es cosa de todos los días escuchar que muchas parejas rompen o aún matrimonios se divorcian a causa del Facebook; y es que según las estadísticas  el 20% de los divorcios se dan a problemas relacionados con esta red social.

Según los expertos, existe una gratificación espontánea brindada por las redes sociales que estimulan los “centros de recompensa” de nuestro cerebro; esto explica el por qué cuando no recibimos un “me gusta” o un comentario en nuestro post, experimentamos un sentimiento de vacío o decepción. Ante estas emociones es común que, al recibir una aprobación a nuestras decisiones al colocar algo en nuestros muros, nuestro cerebro comienza a sentirse bien e identificado con la persona, y depende del caso empieza a creer que esta persona es perfecta para nosotros y que una relación entre ambos puede llegar a serla también, esto tan solo con compartir opiniones iguales o gustos similares. Anteponiendo todo esto aún sobre nuestra pareja, pensando en que podemos llegar a conocer esta nueva persona aún más que la persona con la que tenemos una relación.

Existe un tabú que dice que únicamente las personas emocionalmente infelices con su pareja pueden llegar a ser infieles. No obstante personas que han llegado a caer en la infidelidad han indicado tener una relación feliz con sus parejas al involucrarse con otra. El problema radica en que las personas potencialmente infieles al mantener un contacto continuo con otra persona que no es su pareja, antes de buscar sexo o amor, empiezan a perder poco a poco el sentido del límite entre amistad e intimidad por un prolongado periodo.

Pero esto no acaba acá, una gran cantidad de personas que tienen un continuo uso de las redes sociales y son potencialmente infieles, tienden a caer con mayor facilidad en este problema, esto debido a que al tratarse de un medio indirecto de comunicación, propicia el coqueteo y las conversaciones que, bajo términos naturales, las personas no se atreverían a decir o expresar a otra persona.

Pero es necesario definir infidelidad, porque para una persona el haber coqueteado por medio de facebook con una persona que no sea su pareja y no haber llegado a consumar algún acto, puede no ser infidelidad; y de igual manera, el que una persona cree cierta confianza con alguien y le cuente sus problemas y se desahogue aunque esta no sea su pareja puede parecer infidelidad. Así que es de suma importancia hablar con tu pareja y establecer y definir lo que será apropiado e inapropiado.

Al final de cuentas por más difícil que parezca o se crea que es, todos y cada uno de nosotros si en realidad decimos AMAR a nuestra pareja, tenemos el valor, la capacidad, el carácter de no llegar a caer en algún juego de estos que tarde o temprano se llegarán a saber y dañaremos en gran manera a la persona que ha estado a nuestro lado.

lunes, 29 de octubre de 2012

¿Los Héroes del Ciclo Menstrual?



Sé y estoy completamente seguro que muchos hombres han sufrido las consecuencias de la menstruación, sí, y es que cada vez que ella se avecina o se hace presente en nuestras vidas, estas cambian drásticamente y nuestro papel se ve total y absolutamente alterado dentro de la relación; no podemos salir con nuestros amigos, se nos dificulta aún poder concentrarnos en nuestros estudios o trabajos, no podemos realizar las mismas actividades diarias acostumbradas y tenemos que constantemente estar comprando toallas sanitarias.

Y como si esto fuera poco empiezan a aparecer los molestos dolores de cómo diría un canto que ronda en este momento en mis recuerdos: “cabeza, hombros, rodillas y pies”, los inevitables llantos y depresiones, espontaneas euforias, cambios de ánimo repentinos e inconstancias emocionales, y por como consiguiente esas interminables e irrevocables discusiones que presentan cada mes en la pareja como si fuese un ciclo o un ritual que mes a mes debemos repetir.

Y es que las mujeres ignoran que nosotros los hombres también padecemos todo esto, pero no de la manera que se lo imaginan… y no es que seamos quienes lo sufren directamente, pero sí somos aquellos que están al margen de la onda de choque de tan devastadora explosión de hormonas. Somos aquellos que mes a mes aguardamos con temor expectante la llegada de esa ola de sentimientos encontrados y vaivenes emocionales.

Pero claro, nosotros los valerosos hombres, los abnegados hombres, los serviciales hombres, los amorosos, indefectibles, atentos, fieles, leales, preocupados y… resignados hombres, sufrimos de cada uno de estos síntomas hasta el punto de tomar el rol de comodines, de pequeños chivos expiatorios que están allí brincando alrededor de la gran explosión, aguardando enérgicamente recibir esa descarga de injustos ataques.

¿Cuántos no han recibido una bofetada repentina o un: “sal de aquí ya”, o alguna mirada destructora como si se tratara de una mira de artillería pesada esperando el momento preciso para descargar su furia voraz? Y es que a pesar de los intentos, abrazos, besos, caricias, “chineos”, atenciones, favores, presentes y un sin número de tácticas evasivas en contra del mal acechante, muchas resultan inmunes o lo suficientemente débiles para recibir aun así una pequeña descarga del mal no deseado.

Pero algo es cierto, aún así los hombres ahí estaremos cada vez que necesiten una persona para aventarle sus pertenecías, o cada vez que necesiten un rostro que abofetear, o bien, cada vez que necesiten una palabra que las llene de felicidad en ese momento de confusión, que les pueda dibujar una pequeña sonrisilla en el rostro cada vez que deseen llorar y gritar a más no poder, allí estaremos para cuidarlas, protegerlas o “chinearlas” en cada uno de los meses que así sea necesario.

Y aún cuando algunos tenemos la dicha no tener que cruzar por el campo minado del periodo de tu pareja (ojo tan solo un 10%), tenemos la responsabilidad de velar por su bienestar y de mantener siempre una actitud tolerante y cariñosa para con cada una de ellas. Así que ya saben, si son pareja de ese 90% de mujeres que sufren de síndrome pre y menstrual o bien, de los afortunados hombres que componen el otro 10%, compresión ante todo y chicas… por fa, ayúdennos. Tomen Dorival... jejejeje... Hasta la próxima.